La verdad revela verdad
Carlos, un hombre de Dios, caminaba por su
barrio. En el camino se encontró con Leo, un hombre incrédulo, este le
preguntó: ¿Cómo ustedes pueden hablar de Dios diciendo que Él es amor y también
decir que hizo matar miles de personas, lo cual esto es cierto, puesto que lo
menciona el Antiguo Testamento en la era de Adán, luego en la de Noé con Sodoma
y Gomorra y otro tanto hasta la venida
de Cristo? Es mas bien un tirano no obsecuente ¿No existe en todo esto una
contradicción?
¡No! no mi querido Leo, no es tirano ni existe
contradicción. Cierto es que el poder de Satanás estaba ejerciendo dominios
sobre el hombre y sobre Dios. “No había Ley todavía, pero el pecado ya estaba en el
mundo. Mientras no había Ley, no se podía inculcar al pecador, pero no obstante
el pecado estaba en el mundo” (Rom.
5; 13) La furia de Dios
era evidente, pues estaba siendo dominado por Satanás, Es más Dios estaba
cayendo en las mismas actitudes de Satanás. Por tal motivo: “Se
desató una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el
dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, pero no pudo vencer, y ya no hubo
lugar para ellos en el cielo” (Apocalipsis
12: 7-8) Reconociendo el Señor el gran poder de Satanás
preparó un plan para vencerle: El plan de vencer a Satanás y la salvación del
hombre. Este plan ya estaba en los ideales de los profetas, lee tú a Isaís 7;
14. Dios debía necesariamente descender de los cielos a la tierra para hacerse el
Hijo del hombre, el Hijo de Dios, Emmanuel (Dios-con-nosotros) el Redentor.
Dios hecho Jesús debía ser tentado por Satanás
para vencerle. Intentó Satanás tres veces y no pudo, definitivamente fue
derrotado por Jesús.
El poder absoluto de Dios sobre el universo se
cumpliría con la muerte y la resurrección de Cristo. “Fue llevado como oveja al matadero, como cordero mudo ante el que lo
trasquila, no abrió su boca. Fue humillado y privado de sus derechos. ¿Quién
podrá hablar de su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra” (Hechos 8; 32-33)
Al resucitar Jesús nace un nuevo Dios misericordioso,
fiel a la humanidad. Un Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Espíritu Santo, es
el amor verdadero: “Miren como se manifestó el amor de Dios entre
nosotros: Dios envió a su hijo único a este mundo para que tengamos vida por
medio de él”. (1 Juan 4; 9) Espíritu Santo es el amor
misericordioso que une al Padre y sus hijos, el hombre, por medio de Jesús, es
la energía que todo lo puede y que no se puede ofender. Si niegas al Espíritu
Santo niegas a Dios y a Cristo. El Espíritu Santo es el asistente de la
humanidad, el consolador, el paráclito que nos une al Hijo y al Padre. Con
estas herramientas fue derrotado el anticristo, el príncipe, fue derrotado y
lanzado al averno. (Rev. 12: 12)
allí también irán las almas descarriadas. Satanás fue definitivamente derrotado
para siempre; hoy es historia, dejó hijos (espíritus) que son derrotados
paulatinamente. “El propósito de Dios es que su propio Hijo,
Jesucristo gobierne como su representante sobre la humanidad” (Sal. 2: 1-8; Dan. 7: 13-14; 1
Cor. 15: 23-25; Rev. 11:15; 12:10) Las armas (elementos) que derrotó a estos residuales son: “La
sangre del cordero, con su palabra y con su testimonio” (Rev. 12: 11). “Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se
salve el mundo gracias a él” (Jn.
3:18)
“El que no honra al
Hijo, tampoco honra al Padre que lo ha enviado” (Juan 5: 23)
Actualmente el pecado mancha el cuerpo
(enferma), y su acción se prolonga hasta la tercera generación, si antes no se
ejerce el arrepentimiento.-
De este relato podemos sacar varias
conclusiones verdaderas, que son misterios para muchos cristianos:
1°)- Dios nos hizo ver con sus acciones que sus
palabras son verdaderas y contundentes: Pues nos dijo en su ley: “El que ha
hierro mata, a hierro muere” o “Lo que siembras cosecharas”. Él hizo matar, él
pagó. Salvó su trono y salvó a la humanidad.
2°)- El que niega la “trinidad”, niega a Jesús,
porque la trinidad es el fundamento de la derrota del mal. Todo lo que es
trinario pertenece a Dios y revela la verdad imperiosa y absoluta. Toda acción
espiritual que deba manifestar verdad, debe necesariamente pasar por tres
acciones. Por estas razones el lector encontrará en los escritos bíblicos el
ejercicio de tres funciones: Como por ejemplo, las tres negaciones de Pedro,
las tres tentaciones de Satanás, las tres manifestaciones de Pedro diciéndole a
Jesús que le ama. Los tres días que Saulo estuvo ciego, Los tres días que
necesito Jesús para resucitar, las tres apariciones de Jesús después de su
resurrección a sus apóstoles. Etc., etc., etc.
3°)- Ya estamos en víspera de la verdad del
pueblo de Dios.-
Fuente: Del libro: "Los misterios del cristiano" de Héctor Domingo Páez
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